Como es bien conocido, las infecciones del tracto urinario (ITU), y más concretamente de las vías bajas, no complicadas o cistitis, constituyen un grupo de infecciones con una elevada incidencia en la mujer y son especialmente frecuentes cuando existe una patología del suelo pélvico asociada.
De hecho, una gran proporción de mujeres sufrirán un episodio de cistitis antes de los 40 años, y este riesgo se incrementará un 1% por cada década de vida. A pesar de la elevada prevalencia de ITU en las mujeres posmenopáusicas, los factores que predisponen a la infección urinaria en este grupo poblacional han sido poco explorados si los comparamos con los identificados en las mujeres premenopáusicas. Aun así, este incremento de la incidencia de las ITU en las mujeres posmenopáusicas ha mostrado una clara asociación con patologías del suelo pélvico como la incontinencia urinaria, el cistocele o el residuo posmiccional.
