El envejecimiento implica una serie de cambios, tanto en el tracto urinario inferior como en otras partes del organismo, que pueden favorecer la aparición de diferentes síntomas urinarios, entre ellos la vejiga hiperactiva (VH) y la incontinencia urinaria de urgencia (IUU). Además, conforme se envejece se van acumulando diversas comorbilidades que también pueden favorecer estos síntomas. Ambas circunstancias hacen que la prevalencia de la VH y la IUU se incremente con la edad.
En las pacientes mayores hay consideraciones especiales para establecer el diagnóstico y el tratamiento de la VH. Algunas herramientas que utilizamos para su evaluación en la población general tienen limitaciones en mujeres mayores. La terapia conservadora constituye la primera línea de tratamiento en la población geriátrica, mientras que el tratamiento con fármacos anticolinérgicos está limitado por la peor tolerancia y mayor susceptibilidad a los efectos adversos.
