Recientemente hemos podido leer el editorial de la Dra. M. Antonia Pascual en Suelo Pélvico. Refleja de forma muy clara las limitaciones del programa formativo de Especialistas en Obstetricia y Ginecología, sobre todo la derivada de los ya escasos 4 años de residencia, que sólo permiten adquirir las competencias en un rango general, lo que imposibilita profundizar en las distintas áreas que hoy en día se le requieren a nuestra especialidad. Otro hándicap que la Dra. Pascual ha puesto de manifiesto en su artículo es la falta de instrumentos para el control y evaluación de la formación como bien dice la autora, «sin la evaluación no hay formación»–, y eso que ya están definidos para otras especialidades, incluida sustancialmente la uroginecología.